Castigo Ejemplar, primera parte

Mi Oma es de esas típicas abuelas de cuento. Dulce, silenciosa, preocupada de que todos estemos contentos y bien atendidos. Pero tiene un mal genio del demonio, y lo hace sentir cuando es necesario. Aunque sabe disimularlo muy bien, lo cual sólo lo hace más terrible. Porque, aunque les pese a los hombres de este clan (machistas todos), claramente estamos en presencia de un matriarcado. Y de esos fuertes. Todo, absolutamente todo en esta familia gira en torno a mi Oma. Nada se hace sin consultarla. Y pobre del que la haga enojar.

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La primera vez que me di cuenta de eso fue cuando retó a mi hermano Vicente por sacar el auto de papá sin permiso. Lo chocó. Pero el mayor impacto lo tuvo en el repostero de la Oma, reducto sagrado e impenetrable al cual sólo tienen acceso ella y su fiel Olguita, su nana de toda la vida. Nadie, ni siquiera mi Opa, puede entrar ahí sin su consentimiento. Vicente, cual borrego al sacrificio, desapareció tras la puerta del santuario de la abuela, y sólo regresó 2 horas después, visiblemente afectado. No dijo nada, pero por primera vez en su vida se hizo cargo de las consecuencias de sus actos. Consiguió trabajo y pagó el arreglo del transporte familiar. Toda una hazaña: Vicente se autodenomina un "alma libre", no le rinde cuentas a nadie. Un verdadero vividor. Pero con la Oma no se atrevió.

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A partir del "incidente de Vicente", como graciosamente le llama el Opa, intuí que el repostero forma parte de esa fortaleza disimulada de mi abuela. Y la confirmación llegó, ni más ni menos, gracias a Helen, mi POPtimista importada.

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La cosa fue así. Como buena familia que somos, tenemos nuestras tradiciones, y una de las más importantes es el almuerzo dominical en casa de los abuelos. Después de un mes de estadía, Barbie-estudiante-de-intercambio se había acostumbrado. Claro que al principio peló como enferma ("ustedes son tan poco individuales, ¡todo lo hacen juntooooooooooooos!!"), pero después hasta le quedó gustando la cosa. Tanto como para arruinarme la vida. Bueno, no la vida, pero sí un almuerzo casi completo.

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Estábamos de lo mejor, en la mitad del delicioso Strudel de manzana que la Olguita había hecho de postre, cuando papá decidió darnos la sorpresa. "Niñitas, el viernes nos vamos a Pucón, a pasear a Helen". Iba a preguntar si ya le había comprado el collar y la correa para poder pasearla, pero la Carola se me adelantó: "Ayyyyyy, qué entretenidoooooooooo!!!!! Papá, ¿puedo compartir pieza con Helen? Porfis, porfis, dí que síiiiiiiiiiiii!!!!". Estaba a punto de sumarme a los porfis, porfis de mi hermana (dos semanas sin Helen invadiendo mi espacio vital: no tiene precio), cuando al ejemplar de exportación se le ocurrió hablar...

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- Ay, síiiiiiiiii, porfis, porfis, yo también quiero compartir pieza con la Carola, pleaaaaaaaaaaseeeeeeeeeeeee!!!! Lo paso tan bien con ellaaaaaa!!!!!
- Pero vas a dejar a la Isa sola...
- Por mí no se preocupen...
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No podía evitar la enorme sonrisa que empezaba a cruzar mi cara, cuando Helen vuelve a hablar:
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- Además, un par de semanas sin humo en la pieza sería tan agradableeeeeeeee.

Silencio. Mi sonrisa se desvaneció. Papá y mamá se miraron desconcertados, Opa se acomodó en su asiento (después confesaría que estaba tomando palco para gozar con lo que vendría). La Carola parpadeaba. Mi Oma empezó a levantar una ceja...

- Helen, linda, ¿a qué te refieres?
- Nada, es que, como la Isa siempre fuma en la noche, pues la pieza queda pasada a cigarrillo, y eso me molesta.
- ¿QUE LA ISA QUÉEEEEEEEEEEEE?
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"Hasta aquí no más llegamos", alcancé a pensar, cuando mamá y papá comenzaron con los retos. Sus gritos de "¿es verdad?", "¿cómo es posible?", "¿en qué estabas pensando?", "se acabaron los permisos para salir", "te quedarás sin mesada durante un mes", etc., etc., etc. se deben haber escuchado hasta Rengo. Nunca me habían gritado tanto. Entre mi asombro, y el odio parido que sentía por Baby Spice en ese momento, no alcancé a ver lo que se venía.

- ¡Silencio! ¡Se callan todos! ¡No voy a admitir gritos en la mesa!
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Mi Oma estaba roja de la furia, pero todos callaron. Helen tuvo la mala idea de preguntar qué estaba pasando, y mi abuela la fulminó con la mirada. Volvió a callar. Entonces, Oma dijo las 3 palabras más terribles que le he escuchado:

- Isa, al repostero
- Pero, Omi...
- Nada de peros. Al repostero.
- Oma...
- MARÍA ISABEL, TE DIJE QUE AL REPOSTERO!!!! LOS, SCHNELL!!!!
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¡María Isabel! ¡¡¡Me llamó por mis dos nombres!!! En esta familia sólo te llaman por tus dos nombres cuando estás perdida... y si, además, Oma empieza a hablar en alemán, definitivamente vas camino del infierno. Me levanté apretando los dientes y miré al resto de los comensales. Mamá tenía cara de susto, papá de conmiseración; mi abuelo, de querer salvarme y de no saber cómo y Helen... Helen tenía cara de estúpida, eso no era novedad. La Carola alcanzó a susurrar un "buena suerte" cuando mi abuela me tomó del brazo y me llevó con ella al patíbulo. Alcancé a darme cuenta de que la Olguita se puso de brazos cruzados frente a la puerta. Para que nadie se acercara, cosa que efectivamente ocurrió... nadie, absolutamente nadie se movió de su asiento en las 2 horas y media siguientes. Esperando que saliéramos del repostero.

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Cuando salí, con los ojos rojos, mamá me abrazó, mientras Oma tomaba la palabra. "Verán, María Isabel está castigada y no va a ir a Pucón. Se va a quedar acá conmigo, donde pueda vigilarla". Nadie se atrevió a discutir, después de todo era la segunda vez en el día que se refería a mí con mis dos nombres. Papá miró a mamá, se puso de pie y decidió que la visita dominical había llegado a su fin. Y mientras los demás se despedían de los abuelos, Helen se me acercó y me preguntó sobre lo que había pasado en el repostero.

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- No te importa. Y no me dirijas la palabra hasta el sábado.
- Pero si nos vamos el viernes!!!
- Por eso...
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Salimos al jardín. Oma se despidió de mi con un frío "te espero el viernes". ¿Qué pasó en el repostero? Sólo puedo adelantar que nadie de la familia fue lo suficientemente observador como para darse cuenta de que, en medio de su fría despedida, Oma me guiñó un ojo...

POPtimista

Llegó ayer y ya la odio. De todas las exchange students del mundo, me tenía que tocar ella!!! Apenas se bajó del avión y apareció por Policía Internacional, lollypop en mano, tan llena de vuelitos y tan rosada que me dieron arcadas, presentí que las cosas no irían por buen camino.

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"Tú eres Isa, ¿verdad? ¿cierto que eres Isa? Porque te ves igualita a como te había imaginado, es que tienes harta cara de Isa, ¿no encuentras?". Así que además de parecer algodón de azúcar, sufre de verborrea. Tampoco se ve muy inteligente... claro que tampoco fue muy inteligente de mi parte aceptar pasar los siguientes 6 meses de mi vida con una desconocida que podría resultar ser una loca, o una psicótica, o una asesina en serie... o un esperpento en rose. Si no fuera porque estoy condicional y dependo de mi hospitalidad con este engendro para que no me echen del colegio, jamás habría aceptado. Lo malo es que ya estoy metida en esto, y no tengo cómo zafar.

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Ya en el auto, de vuelta a casa con mi equipaje parlante, traté de abstraerme del horror. Pero no contaba con que Barbie-estudiante-de-intercambio encontraría una cómplice: mi hermana Carolina estaba feliz. "¡¡¡Me encanta tu poleraaaaaaaaaaa!!! Combinaría perfecto con mi pantalón lilaaaaaaaaa". "Claaaaaaaaaro, feliz, y tienes que ver mi blusa rosada tambiéeeeeeeeeen, la tengo en la maletaaaaaaa". No pude evitarlo: ¿En qué maletaaaaaaaaa, en la rosada con brillitooooooos, o en la rosada con corazoncitooooooos?. Mamá me fulminó con la mirada a través del retrovisor. Carolina, por supuesto, tenía que aprovechar. "Ay, Isaaaaaaaaaaaaa, eres un plomoooooooooooo". Llevo 10 años tratando de entender la afición enervante de mi hermanita por extender el final de las palabras hasta el infinito, y ahora tengo que lidiar con dos. Yo no me merezco esto.

Cuando ya creía que las cosas no podrían ir peor, me encontré con que el cuarto de invitados estaba completamente anegado. Resulta que papá, en nuestra ausencia, se las dió de gásfiter y reventó un par de cañerías. "Isa, mi amor, supongo que no tendrás problemas con recibir a tu amiguita en tu pieza hasta que solucionemos esto, ¿verdad?". ¡En mi pieza! No sé qué cara puse, pero la ironía era patente en la cara de papá. "Bueno, será parte de tu castigo. ¿No te gustó tirarles patas de pollo a las monjas?". "Era castigo, papá, no venganza..."

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Mientras, Baby Spice ya estaba instalándose. "Pero, Isaaaaaaaaa, es todo tan oscuroooooooo. ¡Mira tu ropa!" Y criticando además, la muy perla. No pude evitar sulfurarme:

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- ¿Qué tiene mi ropa?

- Es todo tan oscuro, y mira esa polera, es tan, tan...

- Tan, tan... ¿tan qué?

- Tan, tan... bueno, ya sabes, mírate!!!

- A mí me gusta Metallica

- Pero eres niña, y las niñas no deberían andar vestidas así!!!!

- ...

- Y esos jeans, todos gastados. ¿Por qué no te pones una faldita, como la mía? Si quieres te presto una.

- ...

- ¡Ayyyyyyyyyy!

- ¿Y AHORA QUÉEEEEEEEE?

- Casi lo olvido!!!! Te traje un regalo.

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Su suspiro de satisfacción y mi suspiro de resignación se entremezclaron. No alcancé a imaginar qué demonios podría traerme de regalo Frutillita, cuando ella sacó de su maleta (la rosada con corazones) un paquete de regalo. Tenía que ser rosado...

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- ¡Ábrelo, ábrelo! Estoy segura de que te va a en-can-tar. Es un CD.

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No, no es un CD. ¡Es basura! ¡Es el CD de AQUA! Apenas alcancé a farfullar el "gracias" menos sincero de mi vida cuando apareció ella, la benjamina de la familia. "¡Es el CD de Aquaaaaaaa! Me encanta Aqua!!! Ay, Isa, escuchémoslo!!!" Y ahí, ante mi estupor, comenzaron a bailar al compás. Claro, el parcito se aprendió las coreografías en MTV. Nunca había tenido nada en contra de la globalización... hasta ese momento. Para colmo de males, la desafinada de la Carola cantaba a voz en cuello: "I´m a Barbie giiiiiiirl in my Barbie wooooooorld". ¡En mi pieza! "Dios me perdone, pero si no se atragantan AHORA MISMO con sus lollypops, las mato!" Obligada a callar. Me lo busqué solita. Si no fuera porque la risa de mis papás se escuchaba con tanta claridad...

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Despertar esta mañana no fue fácil. Descubrir que mis posters de Pink Floyd (vaya la ironía, PINK Floyd) habían sido reemplazados por fotos de Brad Pitt y de Justin Timberlake sin mi autorización, y que en el velador reposaba un cepillo de dientes rosado casi me mata de la impresión. En fin. Me acuerdo de mi Opa, el único que me comprende. "Si no puedes con ellos, úneteles", me diría en este momento. Así que estoy obligada a convertirme en una POPtimista como la Carola o el algodón de azúcar que duerme en MI cama (porque yo fui relegada a un saco de dormir en el suelo para que "mi invitada" estuviese cómoda). Tendré que ponerme falditas rosadas, comer lollypops y aprenderme las coreografías de Aqua. Paciencia. Gracias a Dios, Baby-Spice-estudiante-de-intercambio se va en 5 meses, 28 días, 23 horas, 41 minutos y veintisiete segundos. Veintiseis, veinticinco, veinticuatro...

¡¡¡Comemos y descansamos, comemos y descansamos!!!

Resultó que llegaron las vacaciones y recién vengo a descubrir que los primos de Farid habían descubierto una verdad trascendental.
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Una vez, Farid -un antiguo compañero de Ingeniería- contó que sus primos (gorditos sabios) habían pasado tooooooooda una tarde de sus vacaciones en el buffet del Gatsby. Para horror de su dueño y desconsuelo de su bolsillo empresarial, los nenes estuvieron COMIENDO todo el santo día. De puro aburridos. Ante el estupor causado por la capacidad ilimitada de sus respectivos estómagos, tuvieron que explicar. "Es sólo técnicaaaaaaa!!!!!!!!", como diría Tony Little en sus infomerciales del Ab-starter (o como cresta se llamara ese aparatito que hipotéticamente era capaz de convertir a un montón de grasa en un adonis de torso perfecto en dos semanas, as if!!!). Lo que pasaba era que los bebés tenían una estrategia de deglución perfecta: comer y descansar.
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Tal cual. Lo peor de todo es que dicho approach alimenticio me quedó dando vueltas en la cabeza, porque por Dios que es entretenido. Mala cosa cuando tienes hipotiroidismo y tu metabolismo no te acompaña todo lo que debiera. Claro, una es niña y vanidosa, por lo mismo trata de cuidarse con las comidas (énfasis en el "trata")... pero hay que reconocer que mi vida, y sobre todo mis mañanas, son una oda a la marmota. Pero qué mejor delicia que despertar tarde, digamos tipín hora de almuerzo, y comer en camita viendo tele... ¡¡¡el paraiso!!!
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Para colmo de males, ahora además tengo tiempo para hacerlo... tengo tanto tiempo que puedo darme el lujo de dormir siesta para hacer hora antes del té de las 5. Si sumo a mi "síndrome vacacional" mi eterna repulsión a las dietas, el resultado es nefasto.
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Hasta hace un rato, era feliz con mi vida despreocupada. Y entonces, vaya una a saber por qué, me imaginé muy sentada en el Gatsby, con los primos de Farid (a quienes no conozco, pero me los imagino con una claridad aterradora), fumando después del mega-ultra-hiper-all-inclusive desayuno. Fumando para bajar la comida y para pasar el rato mientras llega el almuerzo. Y me invadió un terror de muerte. ¡Yo no quiero ir por la vida recitando eso de "comemos y descansamos"! La sola idea de que dicha frase se convierta en una especie de mantra veraniego al cual invocar delante de cada mesa bien servida que se cruce en mi camino entre diciembre y marzo me da pavor. Claro que, en mi caso, el problema no está tanto en el "comemos" como en el "descansamos".
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Ahí radica mi principal problema. Maldito Newton que me explicó el principio de inercia y no me dijo cómo solucionarlo. Pero la sola idea de tener que moverme con el calor espantoso que abrasa esta ciudad me da urticaria. Y entre moverme y rascarme la urticaria en forma simultánea, y quedarme quietecita disfrutando de la levísima brisa que entra por mi ventana, mi opción es lejos la segunda. Más cuando pienso que, por estos días, la mitad de la población capitalina anda histérica comprando regalos. Me encantan los regalos, me gusta la navidad, pero la sola perspectiva de compartir mi espacio vital con hordas de energúmenos en busca del mejor regalo al mejor precio me cansa. La idea es, por lo tanto, encontrar formas mejores de ocupar mi tiempo que mirar fijamente el techo sin tener que lidiar con la realidad externa a mi departamento.
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¿Entonces? No pienso caer en el cinismo del "haré deporte", porque odio los gimnasios. Nada en contra de los deportistas, pero cada vez que lo he intentado y he mirado a mi alrededor, no puedo evitar reirme. Claro, porque me doy cuenta que la única razón por la cual algunos de mis compañeros de tortura aprendieron matemáticas fue para calcular su índice de masa corporal... y la cantidad de suplementos alimenticios que deben consumir a diario para llenarse de músculos en tiempo récord. No way.
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Leer sería una buena opción si no fuera porque ya me he leido al menos 8 veces cada libro que poseo, y no son pocos. Pero hasta "El médico", mi regalón, me tiene chata. Bibliometro fue mi salvación durante el mes pasado (en los minúsculos ratos de ocio que tuve), pero me da una lata tener que ir, hablar con el guardia de turno y entrar con escolta al andén norte... porque son tan, pero tan re pillos que pusieron el stand de libros DENTRO de la estación, entonces, si no viajas, no puedes sacar libros. Entonces, hay que poner la mejor cara de idiota indefensa y empezar con una rutina que, adivino, todo el personal de seguridad de la estación Los Héroes sabrá de memoria de aquí a marzo: "¡¡¡le juro que no me quiero colar, yo sólo quiero leer!!!". No dudo de la buena voluntad de los guardias, pero ese ballet diario de tener que dejarles el pase escolar o el carnet, y que me acompañen para verificar que efectivamente mi objetivo no es pasarme de lista, es joda. Claro que con los "apoteósicos" índices de lectoría de este país, es como para que me miren raro...
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La tele no me acompaña. Como todos los años, parece que los ejecutivos de los canales piensan que la gente mágicamente se vuelve tonta en el período estival, y programan puras estupideces. Tampoco pretendo que den documentales todos los días, aunque me encantan (soy la fan número 1 de "La cultura entretenida"), pero la alternativa de pasar mis tardes viendo las intrincadas reflexiones metafísicas de "Los Venegas" o analizando el uso de la estructura dramática tras cada caso de "Laura en América" o "Sala de parejas" es francamente desoladora. Tampoco tengo cable (snif) y la temporada de F1 se acabó en octubre...
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He pensado en todo. Torneos caseros de canasta con mis abuelos, sesiones intensivas de caminar en círculos (con especialización en desplazamiento ovoidal), un seminario de "Introducción al reggeton", recitales de tap, clases de macramé... hasta he considerado seriamente la opción de irme de carrete al Salamurano!!! Pero no encuentro nada que supere a la ancestral sabiduría de los gordis antes citados. No hay caso, ¡es terrible! Así como van las cosas, parece que voy a terminar en el Gatsby... comiendo y, sobre todo, descansando.

Conexión cognitivo-fisiológica o la importancia del bajo-bajo lumbar en el proceso creativo

Introducción

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De que lo más difícil es aprobar en la universidad de la vida, no me cabe duda. Ahora, también creo que, como en todo proceso educativo, una buena tesis es necesaria para graduarse con honores. Y como la niña es ambiciosa, pues se puso a pensar.

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Resulta que he encontrado una tesis interesante. Lo malo es que no cuento con recursos ni subvenciones gubernamentales para llevar a la práctica la comprobación empírica de mi teoría, así que decidí autoinmolarme en el altar de la ciencia pura... y me he convertido en algo así como una cápsula de Petri viviente. O sea, soy mi propio conejillo de Indias. Espero que eso sirva como argumento a la hora de conmover a la comisión revisora.

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Marco Teórico y Planteamiento de Hipótesis

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El proceso cognitivo-creativo siempre ha sido una interrogante en mi vida. Es decir, siempre me he preguntado cómo invento tanta weá por segundo. Y como las cosas en mi vida son blancas o negras, decidí averiguarlo, razón por la cual, de ahora en adelante me haré llamar sujeto de investigación para fines explicativos.

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Como no existe mucha literatura especializada ni estudios anteriores sobre el tema, este trabajo de tesis está basado exclusivamente en la experiencia empírica recogida durante el experimento en cuestión. La idea a comprobar o refutar es que existe una conexión fisiológica ligada al proceso creativo. Es decir, las mejores ideas ocurren en el cuarto de baño (op.cit. Les Luthiers).

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Experimento

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Para llevar a cabo este estudio, fue necesario someter al sujeto de investigación a una situación de stress cognitivo-creativo superior. O sea, la pelotuda empezó tarde a hacer su trabajo semestral de Seminario (todo en aras de la ciencia...). Con una semana de plazo, el sujeto comienza con un desenfrenado proceso de recolección de datos, análisis y desarrollo neurolingüístico. Tras horas de trabajo exhaustivo, el sujeto se siente agobiado, incapaz de dejar fluir su psique o lo que sea que le da ideas salvadoras.

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Es en esta etapa donde surge la primera evidencia de que existe una conexión físico-creativa: el sujeto siente un malestar generalizado. No sólo se desespera y y se vuelve irascible ante cualquier estímulo ambiental. Su cuerpo se vuelve pesado, le duele el estómago. Busca ansiosamente una excusa para alejarse de la situación de stress "programada" (sí, claaaaaaro). Entonces, comienza la primera etapa del proceso: el sujeto, tras un sentimiento de frustración generalizado y el lanzamiento - vertical hacia arriba o parabólico - del material de trabajo que lo rodea, encuentra una solución temporal a su problema y la verbaliza:

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- Tengo que ir al baño...

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Acto seguido, el sujeto de investigación se aísla del grupo de control. Para evitar recriminaciones del tipo "ya estás sacando la vuelta", pero principalmente porque la segunda etapa de este experimento suele ser considerada socialmente punible cuando se realiza en público. Una vez ingresado en un habitáculo especialmente acondicionado para la realización de este experimento, procede a tomar posesión de su nuevo hábitat. El sujeto se relaja y experimenta una sucesión de movimientos peristálticos que hacen de su experiencia de aislamiento algo placentero. Producto de este proceso de relajación, el sujeto no sólo percibe una mayor comodidad física, sino que activa procesos neurológicos (causados por el reordenamiento neuronal, el cual a su vez es resultado del mayor espacio con que la materia gris cuenta para expandirse una vez realizado el desalojo peristáltico).

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Cuando el sujeto de investigación toma conciencia de la ocurrencia de dichos procesos, suelen darse manifestaciones verbales desenfrenadas las cuales, para efectos de este estudio, serán considerados como la segunda evidencia de la existencia de esta conexión:

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- ¡MEEEEEEEEEEEEEEEEEEL!!!!!!!

- ¿Qué?

- Ven... rápido!!!!

- Pero, weona, si hay confort...

- Nooooooooo!!!!!! Ven rápido, te digo!!!!!

- ¿Qué querís ahora?

- Es que... ¡¡¡lo tengo!!!

- ¿El qué?

- ¡¡¡Lo tengo!!! Ven antes que se me olvide... y tráeme los puchos, TRÁEME LOS PUCHOOOOOOOOOOOS!!!!!

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En este punto, es necesaria la incorporación al escenario del experimento de un nuevo sujeto, al cual denominaré sujeto n° 2. Dicho sujeto debe cumplir con ciertas condiciones para ser idóneo y apropiado en la consecución de resultados, a saber:

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1.- Debe tener un alto grado de confianza con el sujeto de investigación (tanta como para que el sujeto de investigación efectivamente le abra la puerta del baño).

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2.- Sujeto n° 2 se define como no asquiento por excelencia (condición sine qua non).

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3.- Para asegurar el éxito de la experiencia, sujeto n° 2 debe estar plenamente concentrado en las verbalizaciones del sujeto de investigación. No hay lugar para disquisiciones propias. Es decir, se debe evitar a toda costa el contacto del bajo-bajo lumbar de sujeto n° 2 con cualquier receptáculo de loza, plástico u otro material relajante-evacuatorio-distractivo.

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4.- Sujeto n° 2 debe tener puchos a disposición (ya procedan del bolso del sujeto de investigación o propios).

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Es en este punto que el sujeto de investigación proporciona la evidencia concluyente para la comprobación de la hipótesis de trabajo. Sujeto de investigación comienza a verbalizar una pelada de cables magistral. La evidencia se considera aún más concluyente cuando dicha pelada de cables va acompañada del cuestionamiento lógico por excelencia:

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- Me cachai???

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Dicho lo cual, se considera terminado el proceso cognitivo-creativo del sujeto de investigación.

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Conclusiones

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Dada la evidencia empírica aportada por el experimento, se presume que no hay evidencia suficiente para rechazar la hipótesis nula asociada al proceso, o sea:

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Ho= Existe una conexión entre el proceso cognitivo-creativo y el bajo-bajo lumbar.

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Incluso, cuando la evidencia se comporta de manera absolutamente concluyente (reportada al final del apartado "Experimento"), se acepta la validez total de la hipótesis nula. No obstante, es necesario aclarar ciertos puntos de vital importancia:

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* Si sujeto n° 2 no cumple con alguna de las condiciones antes señaladas, se puede ver truncado el proceso antes descrito, lo cual no implica la no ocurrencia de dicho proceso, sino la interrupción del mismo en su etapa final.

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* El grado de relajación y posterior eficacia creativa de sujeto de investigación es directamente proporcional al nivel de comodidad asociada al habitáculo de aislamiento (léase, el baño).

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* Claramente, sujeto de investigación no ha terminado su trabajo de Seminario.

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* A sujeto de investigación le gusta perder el tiempo.

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Bibliografía

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- Les Luthiers, Loas al cuarto de baño.

Viejito Pascuero, acuérdate de mi...

Querido Viejito Pascuero:

Ante la frustración causada durante 27 años consecutivos (¡¡¡27!!!), creo que ya es hora de aclarar ciertas cuentas pendientes. Pero, contrario a lo que tú piensas, esta carta no es un simple reclamo para que pongas en tu libro de ídems que (apostaría mi cabeza) está lleno de alegatos de ex-pendex a los cuales llenaste de frustraciones y traumas. Como yo. Así que te estoy dando la oportunidad de reivindicarte al menos conmigo. Por eso te mando una AMPLIA lista de regalos que quiero que me traigas. Eso sí, no te creas que te la voy a dar fácil, son 27 años de reivindicaciones (27!!!) que me debes.

No, no quiero al Ken que nunca me trajiste para jugar con mi Barbie. Sobre todo porque Barbie lo dejó y ahora anda con un surfista australiano. Para hombres amargados y separados... Tampoco quiero el convertible rosado, ni la casa de ensueño, hasta que salga la resolución judicial... los pelotudos se casaron sin separación de bienes (el que se sienta aludido...)

Lo que quiero son sueños. Todas esas cosas que he deseado en los momentos de evasión mental. En el metro, en el baño, en uno de los miles de tacos en los que he estado metida, cuando no puedo dormir por las noches o cuando estoy tan chata del mundo que me rodea que sólo soy capaz de mirarme el ombligo (y el rollito circundante) y pensar en mi misma. Cuento corto, acá va mi lista:

1. Definitivamente, lo primero es el pendrive mental. Con capacidad en terabytes, completamente anti-spyware, con reproductor MP3 y diseño a lo Kandinsky. Por supuesto que también exijo los derechos como autora del concepto y la instalación indolora del puerto USB respectivo en mi lindo, redondo y ruliento cráneo.
2. La implementación, en el mundo real, de mi Photoshop mental. O sea, que aquel proceso de ver-persona-desagradable, recortar-imagen, imagen-a-la-papelera, VACIAR-PAPELERA, pintar-paisaje realmente ocurra. Ojalá con eliminación de ruidos molestos (la moto a escape libre del vecino, los comentarios weones, los gritos de dolor que surjan de la papelera... tú sabes). También con la patente a mi nombre.
3. Orgasmos múltiples.
4. La invención de la depilación absolutamente definitiva e indolora. ¡Ah! Y que la cubra el AUGE o el seguro catastrófico de la Alemana.
5. Un estanque de bencina autorenovable, que mi auto tenga mantención automática y reparaciones express cada vez que yo lo desee, seguro y revisión técnica perpetuos, y calles sin tacos para disfrutar de mi bólido.
6. Adelgazar comiendo. Pizzas, lasagnas, sushi, papas fritas... que nada me engorde. Y si no sabes dónde meter esos kilos de más, feliz te mando una lista de toda esa gente desagradable a la que quiero ver engordar.
7. La paridad peso-dólar o peso-euro cada vez que viaje. La idea es que si viajo con luca, una vez fuera de Chile la luca se transforme en U$ 1000 o en 1000 euros, dependiendo del lugar de destino.
8. Orgasmos múltiples.
9. Un radar para gente mala leche. La idea es no repetir ciertas situaciones en la que gente sin escrúpulos y/o malintencionada se aprovecha de mi buena voluntad. O sea, no más xxx-AZOS... complete l'oración.
10. Una cuenta corriente autopagable, autogeneradora de recursos y no sujeta a impuestos. O sea, dejar de no tener ni uno a fin de mes.
11. Orgasmos múltiples.
12. Minutos inagotables en el celular. Para fijos, móviles de todas las compañías y roaming internacional. Absolutamente gratis.
13. Un staff completo de masajistas, manicuristas, estilistas y maquilladoras que aparezcan cada vez que lo desee. No te pido a la depiladora porque ASUMO que cumplirás también con el regalo n°4.
14. El computador más poderoso del mundo, con la memoria RAM más grosera de la galaxia, el procesador más increible del universo, la conexión más potente de la vida y que se transforme en laptop cada vez que lo necesite. Con editora, obvio.
15. Volver a vivir sola, ojalá en ese triplex ultra bacán que cierta persona me describió... todas las cuentas las pagas tú.
16. Cable, wireless conection, jacuzzi, sauna y piscina personales, servicio de aseo completo y todos los servicios que se me ocurra tener en mi triplex de ensueño. También te harás cargo de esas cuentas.
17. Orgasmos múltiples.
18. La habilidad de hacer aparecer de la nada cada libro que quiera leer, cada disco que quiera escuchar, cada película que quiera ver... incluso cada documento que requiera para trabajar.
19. Tiempo para disfrutar de mi regalo n° 18.
20. ¡FLORRRR DE PLACARRRRRRDDDD!!!!! Gigante, monstruoso, con todo lo que yo quiera. Separado por secciones, estilos y colores.
21. Un staff de diseñadores que llenen mi closet (ver regalo n° 20). Quiero a Vera Wang, Stella McCartney, Dolce&Gabanna, Prada, Armani, Manolo Blahnik y Jimmy Chu. Especial atención a mis secciones favoritas: zapatos, bolsos, todo tipo de abrigos y chaquetas, accesorios y por supuesto, el favorito de hoy y siempre: lencería.
22. La ansiada teletransportación.
23. Orgasmos múltiples.
24. Cigarrilos que no den cáncer ni causen arrugas.
25. 15 centímetros más... ¡DE ESTATURA, VIEJO MALPENSADO!!!!
26. And last, but not least...

WORLD PEACE!!!!!!!

Esperando que te reivindiques conmigo

Isa

P.S.: No, ¡no soy malcriada!!!!!!!